Pese a que jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico y utileros aún no reciben sus remuneraciones, la plantilla de Emelec decidió cumplir con la planificación y realizar el entrenamiento programado. El gesto refleja compromiso y profesionalismo en un momento crítico para la institución, que continúa afrontando dificultades económicas y retrasos salariales.
El equipo azul no tiene margen de error: este domingo se jugará, probablemente, su última oportunidad de clasificar a un torneo internacional cuando enfrente a Delfín. Con un plantel que sigue trabajando a pesar de la adversidad, Emelec busca enfocarse en lo deportivo para sostener viva la esperanza de cerrar el año con un objetivo cumplido.